Que el saber sí ocupa lugar es algo sobradamente sabido por el lector. Del mismo modo en que las historias narradas en las páginas quedarán en mayor o menor medida en nuestra memoria, los libros resistirán al paso del tiempo en nuestras estanterías. No obstante, las paredes son solo el comienzo: pronto las publicaciones se acumularán sobre las mesas, dentro de los armarios, en los revisteros, o incluso sobre la cama. Llegados a este punto, más de uno se preguntará qué hacer ante esta invasión de los libros. A continuación, sugerimos algunas soluciones útiles.
En primer lugar, y a pesar de que siempre es difícil desprenderse de aquello que hemos aceptado como nuestro, deberíamos preguntarnos si realmente queremos conservar todos los ejemplares que guardamos en casa. En este sentido, realizar una criba es siempre una buena idea. No solo nos ayudará a librarnos de algún que otro libro que no nos interesa o que tenemos repetido, sino que además nos servirá para recuperar algún título que ya teníamos olvidado.
Una vez clasificados, es hora de buscar salida a las publicaciones de las que no nos importa desprendernos. Montar un mercadillo en nuestro jardín, regalarlos a familiares y amigos, donarlos a una biblioteca o venderlos por internet son algunas de las muchas opciones con las que contamos. No obstante, surge otra pregunta recurrente: ¿qué hacer con esos libros que deseamos conservar, pero para los que no disponemos de espacio suficiente en casa?
Una buena solución a la cuestión anterior la representan los denominados servicios de Self Storage. Se trata del alquiler de trasteros a una determinada empresa, encargada de custodiar aquellos objetos que deseamos desplazar de nuestro hogar, temporal o definitivamente, con el objetivo de liberar espacio. Así, entre las principales empresas que trabajan en la Comunidad de Madrid, encontramos el alquiler de trasteros de Globalbox, caracterizado por la flexibilidad de sus horarios, sus avanzados sistemas de seguridad y su exigencia en lo que a conservación y limpieza respecta.
Asimismo, Globalbox ofrece la posibilidad de ampliar o reducir el espacio alquilado, adaptándolo a nuestras necesidades. También contempla la contratación de la denominada Quickbox, una caja en la cual guardar lo que se nos antoje, para después solicitarla en el momento preciso en que la necesitemos.
Tanto para aquellos que apuesten por el alquiler de un trastero, como para los que finalmente se decidan a guardar sus libros en su propia buhardilla, empaquetar los libros será una acción fundamental. Para ello, nada como contar con cajas de plástico resistente, que aíslan nuestros ejemplares de la humedad y el polvo, y que también nos permiten encontrarlos rápidamente sin necesidad de retirar la tapa.
Con todo, una caja con unas dimensiones, por ejemplo, de 28x36x48 cm sería perfecta ya que en ella cabría prácticamente cualquier libro, al mismo tiempo que su tamaño evitaría que pesara demasiado una vez llena. Para terminar, sería conveniente apilar las cajas con cuidado (así ahorraremos espacio) y situarlas en un lugar de fácil acceso.
