"Hay determinados vecinos incívicos que no saben convivir con el resto de la sociedad. Con pequeños gestos, como puede ser recoger las deposiciones de sus mascotas, viviríamos todos en una ciudad mejor".
Este era el primer párrafo del lamento que lancé en el mes de abril del año pasado. El Ayuntamiento de Madrid puso en marcha entonces una campaña de concienciación que no ha dado los frutos esperados.
Las quejas por estos actos incívicos se suceden. Las últimas hace apenas tres días. Y el problema sigue enquistado. Solo se solucionará con multas ejemplarizantes que por tal condición tienen un gran efecto disuasorio.