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Todos los años, cuando llega el calor, la misma historia: las cucarachas. No sólo en Boadilla, ya que es la madre naturaleza quien da el pistoletazo de salida, pero hay que saber prevenir esta situación.
Cuando se fumiga en los edificios, las cucarachas huyen y se dispersan por las diferentes zonas del municipio. Por eso es tan habitual encontrar estos insectos en lugares inesperados, por la calle, en los parques, en los portales, etc.
Y si ya sabemos que al fumigar, huyen... ¿no hay una forma de evitar que invadan el municipio? Hay métodos caseros, como la lavanda o el laurel, pero confío en que al Ayuntamiento se le ocurra otro sistema más efectivo...
