Ese es el resultado que ha sacado el Real Madrid de un fin de semana del que, desde mi punto de vista, no puede sacar nada positivo. Lo único de lo que se ha librado es de la goleada en terreno catalán y de que el Deportivo de la Coruña no le haya adelantado en una clasificación que cada día está más liada.
Yo les voy a ser sincero. Pienso que todo aquello que se dice de que el sábado el conjunto blanco pudo ganar si Drenthe hubiera metido la que tuvo o que el empate era lo más justo es la visión de gente que no ha visto el mismo partido que el que vi yo. Uno en el que sólo hubo un equipo en el campo y uno en el que un club como el Real Madrid fue al estadio del Barcelona a empatar. Intención con la que la escuadra merengue en la vida puede afrontar un partido de este tipo. Bueno, de este y de ninguno. Y lo dice un atlético.
Los madridistas ahora ponen excusas que no tienen sentido alguno. Como aquella de que Medina Cantalejo les perjudicó, cuando más bien es al contrario. Sólo hay que repasar el partido para ver dos manos claras de Sergio Ramos. Una dentro del área y otra fuera de él. También dicen que el signo del choque hubiera cambiado si Drenthe no hubiera desperdiciado la ocasión clara que tuvo en la primera mitad, pero claro, en la otra portería los jugadores azulgranas desaprovecharon muchas más oportunidades. Oportunidades de las que los aficionados blancos no parecen acordarse a dar su versión sobre 'El Clásico'.
* Álvaro Calleja es jefe de prensa del atleta José Luis Blanco y de la II San Silvestre de Lloret