Como el noble Palacio estaba en proceso de rehabilitación y las cigüeñas habitaban los nidos de las cubiertas, el Ayuntamiento decidió instalar nidos artificiales cercanos para que las zancudas abandonaran el histórico edificio.
Como resultado, la mayoría de los nuevos nidos han sido colonizados por varias cigüeñas e incluso han nacido tres pollos nuevos, por lo que el Ayuntamiento considera un éxito la implantación de los nidos artificiales.