Durante la celebración de las elecciones catalanas, el alcalde de Boadilla del Monte, Antonio González Terol, y más de medio centenar de afiliados y simpatizantes del Partido Popular del municipio, acudieron a la localidad catalana de Manresa, donde causaron las iras de los nacionalistas.
A través de un medio de comunicación digital, de corte nacionalista, se difundió la presencia de los mismos en los colegios electorales de la localidad, donde ejercían de apoderados de su partido junto a otros afiliados del municipio catalán.
Tras la noticia, empezó el calvario en la calle y en las redes sociales. Varios testigos presenciaron como, mientras González Terol iba de un colegio electoral a otro, algunos radicales le insultaban llamándole “facha”, “hijo de puta” o deseando tener “un arma para pegarle un tiro”, lo que generó situaciones de tensión.
Para evitar males mayores, el alcalde de Boadilla decidió retirarse a la sede local popular para seguir la jornada electoral y no perjudicar a los demás apoderados de Boadilla que estaban presentes en los centros electorales. Por su parte, los demás apoderados también sufrieron provocaciones, insultos y desafíos por parte de una minoría.
Por la tarde, González Terol decidió seguir visitando a los apoderados de forma discreta para no tensar más los ánimos de los nacionalistas, quienes intentaron provocar una concentración espontánea porque empezaron a decir que los populares estaban intentando boicotear las elecciones, cuando los populares tan solo ejercían como apoderados.
Acudir a aquellos feudos donde se tiene menor estructura para velar el buen curso de las elecciones y poder comprobar que todos los ciudadanos pueden ejercer libremente el derecho al voto es una acción política normal de todos los partidos. La figura del apoderado está reconocida por el régimen electoral y también la desarrollaban otros partidos.
Además, el edil de Boadilla, junto a la formación, recibieron insultos por Twitter, donde se pudo leer “mal paridos”, “invasores”, “colonizadores”, “observadores internacionales”, “chorizos”, “fachas golpistas”, “hijos del franquismo” e, incluso, les deseaban “un tiro en la nuca uno por uno y en una fosa”.
A todo esto, González Terol, afirmó “que es una pena que una minoría pretenda generar un ambiente tan asfixiante en una jornada electoral, que es la fiesta de la democracia. Sólo se puede entender la presión ejercida una vez vistos los resultados, donde es patente que el proyecto soberanista decae y suben formaciones políticas que quieren a Cataluña dentro de España”.
Finalmente, declaró que “nos vamos contentos porque Manresa es un lugar maravilloso, a pesar de una minoría ciudadana que quiera desgastar la imagen de la ciudad, y el PP local ha logrado sumar casi 700 votos más que en 2010”.