La huelga nos acerca a las tiendas de barrio

 
En estos días de huelgas de transportistas, en los que los grandes almacenes se han quedado sin productos, mostrando al cliente sus estanterías vacías, muchos compradores han descubierto los pequeños comercios de barrio. Este es su momento. Me gusta ir a comprar a las tiendas de barrio porque me dan los buenos días o las buenas tardes, me hablan con fluidez de temas variados con la naturalidad del que está acostumbrado a charlar durante todo el día con personas diferentes.

Muchos han descubierto estos días que existen pequeñas tiendas donde el tendero te sorprende diciéndote que no te lleves naranjas porque no son buenas, que mañana las tendrá mejores, esas tiendas donde el jamón lo venden al corte sin ser envasado al vacío y si quieres él mismo te hace un bocadillo. Esas tiendecitas de 30 metros cuadrados en las que si no llevas dinero no se utiliza la tarjeta de crédito sino que te lo apunta en una libreta para que lo pagues cuando quieras, cuando te acuerdes, o cuando puedas, son las entrañables tiendas de barrio, que muchos han descubierto en estos días de huelga y que espero que no las hagan desaparecer nunca los monstruos de las grandes superficies.

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