Porque está visto que la oposición de Boadilla es incapaz de superar el pasado y vive, una y otra vez, recreándose en el lodazal de lo que fue el caso Gurtel en el pueblo y sin querer darse cuenta que aquello pasó; que los culpables pagaron por ello; que el caso fue sobreseído, políticamente, por el pueblo en las últimas elecciones democráticas y que ahora al frente de la corporación hay otros políticos que no tienen nada que ver con aquella desvergüenza.
Pero hay más, en la locura en la que vive el PSOE de Boadilla, a Cristina de Lara, uno de sus dirigentes, le cabrea que el Ayuntamiento se persone, en un acto de responsabilidad y transparencia democrática, en la causa abierta contra Ángel Galindo, concejal de APB, a invitación del propio juez que se encarga del caso.
¿Tiene algo que ver, políticamente se entiende, Cristina de Lara con Ángel Galindo? ¿Qué les une para una de las jefas del PSOE defienda, apasionadamente, al jefe de APB?
¿Les une, acaso, su enfermiza obsesión política sobre el Gurtel? ¿O su manía político-persecutoria a Terol? ¿O, quizás, porque la lluvia en Boadilla es una maravilla?
No lo sé, pero lo cierto es que muchísimos ciudadanos del pueblo les estarían muy agradecidos si mirasen hacia el futuro.