Ministro Ábalos, ¿te queda algo de dignidad? Esta es la pregunta que hacía una vecina de Boadilla en un mensaje enviado a mi buzón.
Y esto venía a cuento de una intervención del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, respondiendo a una pregunta del anterior alcalde de Boadilla, Antonio González Terol.
Resulta que Terol es ahora diputado nacional, y en el Congreso, en una sesión de control al Gobierno, pidió cuentas al ministro por el nombramiento de un amigo íntimo de Pedro Sánchez -Iñaki Carnicero- para una dirección general "sin contenido" y llevada a cabo durante el estado de alarma por el coronavirus.
Y al amigo de Delcy Rodríguez no se le ocurre otra cosa que echar balones fuera y arremeter contra los boadillanos. Al menos contra el 55% de los boadillanos, porcentaje de votos que obtuvo Terol en las elecciones de 2015.
Ábalos ha cargado contra González Terol -alcalde de Boadilla de 2011 a 2019- y los boadillanos afirmando con ironía que "porque sabe mucho de urbanismo" en tanto que "viene del epicentro del caso Gürtel'.
Me parece que poco se le puede unir a Terol con el caso Gürtel salvo las decisiones que tomó para que el Ayuntamiento se desviculara de toda podredumbre anterior.
Para finalizar, Ábalos enseñó la patita. Mostró la pasta de la que está hecho cuando respondió a Terol y a los boadillanos: "Pero para que se vaya tranquilo y para que tenga sentido su representación política, el sábado se publicó la licitación del contrato para la viabilidad de las Cercanías en su municipio. Llévese algo para casa, hombre". Una frase muy del estilo del venezolano Nicolás Maduro.
En fin, no merece la pena dedicar un minuto más a este chupóptero. Si Boadilla es el epicentro de la Gürtel, Ábalos y su gobierno lo deben ser del coronavirus, a juzgar por su nefasta gestión de la pandemia.
