La falta de liquidez
Desde el Gobierno se trabaja para que el impacto de esta crisis sea el menor posible, pero a pesar de que las intenciones son buenas, el aparato burocrático es muy lento y pesado, lo que dificulta una actuación rápida por parte de la administración. Además, la avalancha de solicitudes y la escasez de personal provocan que se produzcan retrasos en el pago de las ayudas. Así que se da el caso de que hay muchas personas en situación de ERTE que, tres meses después del comienzo del estado de alarma y del confinamiento, siguen sin haber tenido ningún ingreso.
Ante esta situación, solo existen dos soluciones: o bien se dispone de un colchón económico lo suficientemente amplio que permita bandear las dificultades o se dispone de una red de apoyo que haga posible cubrir los gastos –esta posibilidad es la más común en el ámbito de las economías familiares-. Por desgracia, son muchas las empresas que viven al día, bien porque acaban de empezar a desarrollar su actividad, bien porque no han conseguido crear empresas con un potente músculo financiero. Lo mismo pasa a nivel particular; no todo el mundo tiene la suerte de contar con familiares o amigos que les ayuden a ir cubriendo sus necesidades más básicas.
El recurso de los microcréditos y los préstamos rápidos
Hay una tercera vía: solicitar financiación bancaria o a entidades financieras de préstamo. Los ciudadanos tienen la opción de pedir un préstamo al banco, por ejemplo, un crédito ICO, pero dependen de que el banco acepte la solicitud y, en caso de que finalmente acceda a concederla, hay que tener en cuenta que no son procesos precisamente veloces.
Es por eso que muchos ciudadanos recurren a los microcréditos o préstamos rápidos, porque son una manera de conseguir liquidez al instante. Pero esa velocidad en la gestión tiene una contrapartida y son unos altos intereses, abusivos en la mayoría de las ocasiones, que hacen que el préstamo se encarezca mucho.
Acudir a un bufete de abogados de aquí, de Madrid, es la solución perfecta para la gestión de los microcréditos o préstamos rápidos que ayuden a las pequeñas empresas y a las familias madrileñas a salir adelante en estos momentos de dificultad. Estos abogados se encargan de asesorar y llevar unos procesos que son completamente desconocidos para la gran mayoría de la población.
Los bufetes de abogados se encargan de defender a los más perjudicados por la crisis: gestionan la anulación del contrato, pueden evitar el pago de los intereses del préstamo e, incluso, pueden llegar a hacer que se devuelva el dinero que se ha pagado de más.
Resulta fundamental que en momentos de crisis y de necesidad, los ciudadanos puedan disponer de recursos sin hipotecar su futuro. Se trata de encontrar un equilibrio entre las apremiantes necesidades inmediatas y lo que está por venir.
