El control de los famosos botellones se antoja en muchas ocasiones una tarea muy difícil y tener la capacidad de impulsar soluciones creativas y constructivas para atajar el problema es complicado.
La iniciativa del Ayuntamiento de Boadilla de identificar a los menores de edad en el recinto ferial con pulseras para evitar que puedan acceder a la compra de bebidas alcohólicas es un excelente paso para frenar el consumo temprano.
Además, las diferentes actividades organizadas el viernes para concienciar sobre el consumo de bebidas alcohólicas me parece una excelente iniciativa.
Obviamente es imposible controlar hasta el último rincón para evitar que los menores consuman, pero toda iniciativa que esté encaminada a erradicar la ingesta de alcohol entre los jóvenes es una gran noticia.