Mucho han cambiado las cosas desde que los ahora padres eran niños. Y es que, cualquiera que hoy eche la vista atrás será capaz de recordar aquellos cumpleaños en los que su madre preparaba con gran esmero una merienda que además de los clásicos sándwiches, contenía todo aquello que ni por asomo les permitirían merendar cualquier otro día que no fuese el de su cumpleaños, además, por supuesto, de la clásica tarta con sus correspondientes velas para pedir un deseo que en la mayor parte de ocasiones acababa cayendo en el olvido. Pero que los cumpleaños de los padres de hoy fueran de esa manera, no significa que no fueran igual de divertidos que los de hoy, simplemente significa que eran otros tiempos, y que ellos suplían con ingenio las carencias que hoy no existen, y por supuesto, no es de dinero de lo que se está hablando. No obstante, y como indican desde Roket, “nosotros hemos creado un local con todo aquello que nos hubiera gustado tener cuando éramos niños, y eso es precisamente lo que hace que nuestros servicios destaquen por encima de los de nuestros más directos competidores”.
Y es que, basta pensar un poco en los pequeños, para darse cuenta que “cosas como una pista de fútbol indoor o una enorme pista de baile dotada de efectos luminosos, harán las delicias de todos ellos y por supuesto también de sus progenitores, pues más de uno ha manifestado en alguna ocasión que le encantaría ser niño para poder disfrutar de nuestras instalaciones” comentan desde Rocket.
Pero no son estas las únicas cosas que hacen a este local de celebración de eventos y fiestas único, sino que a éstas vienen a sumarse otras quizás ya más comunes como los clásicos hinchables, las camas elásticas, la animación y alguna otra muy de moda en eventos más propios de adultos como los photocalls. Pero lo mejor de todo, es que sea cual sea la opción por la que uno se decante, siempre será completamente personalizada, lo que hará las delicias de los más pequeños, que por unas horas se convertirán en protagonistas absolutos de su propio cuento.
Puede que resulte extraño, pero muchos de los padres de hoy no han olvidado los cumpleaños de su infancia, al igual que tampoco han olvidado como soñaban con llegar a la luna, conducir un bólido, ser unos deportistas de élite o protagonizar sus propias películas.
Todos tenemos sueños, y la ilusión de los más pequeños es, sin duda, el motor de los mayores.