Este domingo estuve en la procesión de la Virgen del Rosario. También en la misa. Independientemente de las creencias religiosas, creo que es de casta conservar las tradiciones. Y si las fiestas de Boadilla son en honor de la Virgen del Rosario, es lógico que se celebren también religiosamente.
Además, hay mucho boadillano que quiere a su Virgen. Y aquí no hay colores políticos: en la devoción a la Virgen pocos se consideran de derechas o izquierdas. Estas cosas estaba considerando durante la procesión, cuando echaba en falta la asistencia de los representantes políticos de la izquierda en nuestro municipio. Allí no estaban representados ni el PSOE, ni APB. Ni Izquierda Unida. La ausencia de Galindo me la podría explicar si hubiera sido víctima de abusos, que todavía no me ha quedado claro a tenor de su última moción.
Es la izquierda rancia, guerracivilista, que todavía está latente en los partidos de Boadilla. Nada que ver con la oposición moderna de Pozuelo de Alarcón. Allí acuden a la procesión todos los grupos políticos, también los de Podemos. Y es que entre los asistentes también hay votantes suyos, lo mismo que seguro que ocurre en Boadilla del Monte.