El área canina que se habilitó en Boadilla, y por la que los dueños de perros pueden pasearlos, sigue cubierta de grava. Recientemente se reparó la fuente y se cubrió algo del camino hecho en la mitad del césped. Sin embargo, el problema con las piedras se va agravando a medida que se acerca el verano. Los animales sufren cortes en las almohadillas y lesiones articulares que derivarán en quemaduras con motivo de las altas temperaturas. Los vecinos piden que se rastrillen las piedras, se aparten los caminos, se pase alguna apsionadora o se cubra de arena dejando llanos los caminos.
Ciertas trampillas, como muestra la imagen, también impiden la tranquila estancia de los perros por el lugar.
Con suerte, las avispas no tenemos este tipo de problemas pero la solución de este área canina, que tan correctamente se habilitó gracias al actual alcalde, es inminente.