La Cultura familiar cobra gran importancia en Boadilla del Monte. Por ello, las actividades culturales que se organizan intentan aunar a todos los públicos del municipio. La concejala de Cultura de Boadilla, Sara de la Varga, ha hablado con Diario de Boadilla para compartir sus impresiones acerca de la oferta cultural y de la respuesta de los vecinos.
¿Qué criterio siguen para seleccionar los contenidos de la programación cultural?
Lo primero que hacemos es ver el tipo de población que tenemos en el municipio, la verdad. La mayoría son familias. La primera regla es que la mayor parte de la programación tiene que ser cultura familiar. ¿Cómo seleccionamos a partir de ahí? Pues de una manera muy intensa y con mucho trabajo. Recibimos todos los días decenas de propuestas de programación cultural, hacemos un pequeño filtro en cuanto a la temática, el contenido, los costes, las necesidades generales y después nos vamos a verlos. El mejor criterio es verlo. Habitualmente nos vamos por la Comunidad de Madrid a diferentes municipios a ver lo que creemos que se puede programar. Hay veces que ves cosas que encajan, hay otras veces que cuando las vemos pensamos que no es lo que esperábamos, o el montaje decepciona un poquito o te sorprende. A partir de ahí buscamos los contactos. No es una labor de 10 ni de 15 días antes. Al final es una labor con más o menos 6 ó 7 meses de antelación.
La programación de este primer trimestre se centra sobre todo en teatro y en los ciclos de conferencias ¿No cree que la gente echa de menos, por ejemplo, conciertos?
Son planteamientos un poco diferentes. Nosotros optamos por una programación fuerte de teatro porque en este semestre tenemos el festival de Boadilla Clásicos. Nosotros siempre pensamos que hay que intentar encajar música con teatro. El tema de las conferencias ha sido un poco diferente. Un buen usuario de las conferencias llegó un día y me planteó la idea de hacer conferencias dirigidas a jóvenes o a niños. Casi todas las conferencias que hacemos van dirigidas a adultos: las de Madrid, las conferencias navales, etc. Pero sí es cierto que hablar de la evolución humana viendo un cráneo, pudiendo tocar, pudiendo tener una serie de información visual, es distinto. Eso va dirigido sobre todo a los críos. ¿Qué hemos intentado? Lo que la gente te pide, lo que a la gente le gusta mucho, que es el teatro. No nos olvidamos de la música, por el tema del Boadilla Clásicos.
Los jóvenes echan de menos a lo largo del año una programación más parecida a la de las fiestas. ¿De qué manera organizan actividades para ellos?
Ahí hay una parte que queda cubierta por las actividades que se hacen en la Casa de la Juventud. Ese espacio es un espacio específico que ya existe con muchísimos conciertos dirigidos a los jóvenes, desde grupos noveles, conciertos acústicos, conciertos más de rock, más el tipo de música que puede encajar para la juventud actual. Eso se hace desde la Concejalía de Juventud. Nosotros pretendemos llegar a otros colectivos: los más pequeños, familias o los menos pequeños, mayores, adultos, etc. El espacio de ocio, cultura de jóvenes y adolescentes, va más enfocado a las actividades de la Casa de la Juventud, que son muchísimas. Lo que pasa que los jóvenes lo del ocio dirigido lo llevan regular. Al final se hacen muchas actividades. Tienen, por ejemplo, los cursos de DJ's, y actividades muy específicas para ellos, que son las que han demandado.
El coro Luigi Boccherini es muy significativo en Boadilla. ¿Tienen pensado impulsarlo fuera de Boadilla y de Madrid?
El coro Luigi Boccherini es una agrupación dentro de las muchas que existen de la escuela de música. Cierto es que es la agrupación más veterana, de hecho en este año ha cumplido los 25 años, con lo cual tenemos que estar muy orgullosos de que un coro municipal llegue a cumplir 25 años, porque mantener una agrupación no es nada fácil. El coro tiene una gran repercusión nacional. Tiene muchísima calidad. Han viajado a Lugo, a La Coruña, a Valladolid, a Palencia y a Teruel. Tienen mucha movilidad geográfica. Cierto es que lo componen personas voluntarias, no es un coro como el coro del Auditorio Nacional, pero sí tiene esa movilidad geográfica. Ya la está teniendo, con un éxito muy importante. No es por hacer una apología de lo nuestro, pero va a hacer un año, el 1 de marzo del año pasado hicimos un encuentro de corales en Teruel y había cuatro corales, y el comentario general de las personas con las que yo estaba sentada en el público era ''qué buenos son los de Boadilla''. Tienen mucha repercusión y mucho encaje, y están haciendo una labor de difusión cultural brutal. Todo lo que sea apoyar al coro lo haremos siempre.
El Palacio del Infante Don Luis está cada vez más avanzado en sus obras. ¿De qué forma han pensado potenciarlo desde el punto de vista cultural, histórico y demás?
Pusimos en marcha una iniciativa, los conciertos en el palacio, cuando no estaba acondicionado. De hecho, escuchar allí un concierto era una aventura musical pero también meteorológica, porque había veces que la temperatura en la capilla era extremadamente baja. Entonces pusimos en marcha esa iniciativa, que al final era un espacio para unas 100-120 personas sentadas. Buscábamos un formato de concierto pequeño, música de cámara generalmente. Tuvo una aceptación bárbara. Lógicamente cuando empezamos las obras de rehabilitación tuvimos que suspender esa parte de la programación, pero en cuanto el palacio esté plenamente operativo, especialmente la capilla o la sala de música, o un espacio que realmente lo permita, volveremos con una calefacción y con una iluminación que esté más lograda. En el palacio se pueden hacer muchísimas cosas y se van a hacer muchas cosas.
Como eje también nosotros hemos ido dedicando todo el mes de septiembre a actividades en la explanada, que también es promocionar un entorno. De cara al próximo septiembre, no sólo se promocionará un entorno, sino que además se promocionará por los jardines, el interior, etc. Al final todo está unido.
Y aquí, concretamente en Boadilla, en los últimos años con el tema de la crisis, ¿han notado que la gente se haya implicado más o menos con las actividades culturales?
Yo en eso estoy muy contenta. Cuando yo llegué se programaban muchas menos actuaciones que ahora, es decir, normalmente se hacía una actuación una vez al mes: un mes tocaba adultos, otro mes tocaba mayores, etc. Tenían una aceptación manifiestamente mejorable. Las cosas de niños siempre han funcionado muy bien, pero las cosas de adultos eran mejorables. Por eso, nos pusimos y dijimos: ¿cuántos fines de semana hay de septiembre a junio? Pues hay tantos fines de semana. Pues vamos a programar más. Al final la cultura tiene mucho de disciplina. Tú enseñas a los niños que todos los fines de semanas hay algo y los propios niños te lo demandan.
Hubo una persona que me dijo "Estás loca. Si antes no se llenaba si hacías 6 cosas, ahora que haces 40, menos". Hicimos una campaña publicitaria muy agresiva, pusimos en marcha un programa muy sencillito, que se llama 'Apúntate a la cultura'. Suponía que cada vecino nos diera un correo electrónico y en ese correo electrónico de manera semanal leyera la programación. Está funcionando magníficamente. Ahí hay apuntadas unas 1000 personas, una base de datos importante. La respuesta suele ser muy buena.
Unido a eso, como Ayuntamiento hemos hecho un plan importante: entradas a precios muy reducidos, 5 y 2 euros. En Boadilla el perfil es la familia. Pues un matrimonio con dos hijos al final puede ir al teatro por 14 euros, que es una cantidad asequible. Uno va a Madrid y la cosa se multiplica. Y yo creo que nosotros hemos hecho más programación pero también a unos precios muy reducidos, y a la gente le han hecho pensar "no puedo desaprovechar esta oportunidad'".
También hemos sacado el teatro a la calle, a los parques. Todos los fines de semana, desde que empiece el buen tiempo, habrá actividades en los parques. Los niños se acostumbran y tiran a los padres. Al final, el balance es muy positivo, y el vecino ha respondido muy bien a pesar de la crisis.
¿Qué genero tiene mejor acogida entre la gente de Boadilla?
El teatro es muy importante. El teatro para adultos tiene una aceptación bárbara. De hecho, pusimos en marcha hace dos años, este año cumplirá su tercera edición, un festival de teatro clásico, fundamentalmente dirigido a mayores. Sí es cierto que de las 4 representaciones, reservamos una para los niños, pero generalmente van los mayores. El teatro, el buen teatro, el teatro clásico, el teatro de siempre, las versiones clásicas, aquí tienen una aceptación impresionante. Cuando lo pusimos en marcha, no sabíamos su aceptación. A todo el mundo le gustaba 'Don Juan Tenorio', aquí no se hacía. A todo el mundo le gusta ver una representación de Cervantes o de Calderón. No se hacía. Y el teatro es fundamental.
Aún así, por la tradición musical de Boadilla, olvidarse de la música sería un sacrilegio. Hay 2000 alumnos de escuela de música que demandan conciertos, 2000 alumnos con sus familias, la cuenta es muy fácil, al final son usuarios o consumidores potenciales. Entonces hay que intentar conciliar. El teatro clásico en los mayores funciona muy bien y los conciertos didácticos son fantásticos, y es satisfactorio ver a los críos cómo interactúan. Aparte de su educación musical en el día a día también tienen eso. Es muy difícil elegir un género, porque un público te demanda uno y otro público te demanda otro.
Hablando de la cultura general, el panorama cultural no está pasando por un buen momento. ¿Qué opina de los precios elevados del cine o del teatro? ¿Cree que sería mejor rebajarlos?
La cultura no es un negocio, la cultura es una inversión. Cuando nuestros hijos consumen cultura estamos invirtiendo en su educación, estamos invirtiendo en sus valores. En este momento hay dos situaciones. Evidentemente no podemos negar que los precios para ir al cine son elevados, no podemos negar que cuando uno va al teatro y la entrada vale 50 euros, pues a lo mejor se lo piensa. Pero hace unos días fui a ver el ballet ruso y estaba el aforo completo, hace dos o tres meses fui a ver 'El Rey León' y estaba completo, a precios muy altos. La calidad generalmente el espectador la paga.
Ahora bien, yo prefiero que una entrada de teatro sea más cara pero las prestaciones sociales se mantengan. Por ejemplo, yo soy concejala de servicios sociales, entonces, cuando me dices ''subvencionamos una entrada o ayudamos a una persona que lo necesite'', pues claramente te voy a dar la respuesta y creo que estamos de acuerdo. Hay que hacer un esfuerzo, todos nos hemos tenido que apretar el cinturón y todos nos lo tenemos que seguir apretando, y también el mundo de la cultura lo ha tenido que hacer. Y yo me quito el sombrero, los distintos productores con los que hablamos cada semana, de verdad, hacen un esfuerzo también, porque ellos han ajustados los cachés, han ajustado sus condiciones, sus gastos, sus montajes, etc. Los han adaptado a los tiempos de crisis. Todos hemos hecho ese esfuerzo.
El tema del IVA cultural fue decisión del Ministerio de Hacienda. Yo también lo sufro, no lo voy a negar, pero la situación era tan crítica que lógicamente el ocio es el que lo sufre. Antes de que mis hijos o mi familia pasen una situación de necesidad, dejo de ir al cine, al teatro o al fútbol. Y a lo mejor culpo al precio, pero el trasfondo no es eso, es otro. El cine es un sector muy específico, el teatro es un sector muy específico, la danza es un sector muy específico. Yo creo que afortunadamente a día de hoy se consume más cultura y poco a poco se va volviendo a ese punto. Respecto a Boadilla, hemos hecho los deberes. Al menos en Boadilla el precio no es un problema. A lo mejor el problema es que ofrecemos tanto para hacer que a todo no se puede venir. Nos sentamos con las compañías, llegamos a un acuerdo, todos hemos hecho esfuerzos.
¿Cree que entre la gente joven, las nuevas generaciones, hace falta potenciar más la cultura?
Estoy totalmente de acuerdo. Una de las cosas que nosotros nos hemos puesto como objetivo aquí ha sido precisamente ese. La cultura puede ser extremadamente didáctica. Una persona que quiere adentrarse, por ejemplo, en el mundo del jazz, no tiene que tener miedo a venir y que vea un concierto didáctico, que se le explique, que aprenda, que vaya poquito a poco metiéndose en ese género. Si uno nunca ha escuchado música clásica, también tiene que probar. Cierto que eso también pasa por lo que nuestros padres o nosotros como padres veamos como fundamental para la educación de nuestros hijos. Cuando uno es pequeño, va muy dirigido por donde van sus padres. Yo quiero que los padres tengan una gran conciencia de lo que significa la cultura, al menos aquí en Boadilla. Los padres tienen esa inquietud en que sus hijos aprendan, por ejemplo música, de una manera mucho más formada, mucho más reglada.
Es todo educación, pero también todos nos tenemos que implicar. Yo no seré quién critique que un niño juega al fútbol, pero creo que se puede jugar al fútbol y se puede disfrutar con la música. Se puede realizar cualquier actividad deportiva, que es fantástico, que es sanísimo y que es recomendable, pero también se puede disfrutar de la cultura. No es incompatible. Lo que tenemos que hacer es que no sea incompatible, acercando con una buena programación y unos precios interesantes. Si alguien por ir a Madrid va a gastarse 60 euros y por ir a Boadilla se va a gastar 14, es más fácil que consuma cultura en Boadilla.