El rugby es originario de Inglaterra, donde empezó a jugarse, de manera reglamentada, a finales del siglo XIX.
Sin embargo, a Francia llegó al poco tiempo, por la proximidad con las islas, por eso el país galo es otra de las grandes potencias mundiales de este deporte.
La escuela francesa de rugby tiene un gran reconocimiento y muchos clubes y entrenadores, a la más mínima ocasión, se empapan 'in situ' de los métodos de juego y entrenamiento de los clubes galos.
Es de sobra conocida la conexión con Francia de Federico Grand Bignolas. El presidente de Tasman RB decidió desde la fundación del club boadillense en 2001 que los jóvenes rugbiers de la escuela tasmana vieran cómo se trabaja en el país vecino.
El primer acercamiento fue con US Tyrosse, entidad con la que están hermanados, y desde 2008 viajan al sur de Francia, a Bayona, donde durante un fin de semana los niños, sus padres y las personas que viajan del club tasmano comparten vivencias y mucho rugby. "Es la manera en que los niños y sus padres descubren la Cultura del rugby de una forma muy asequible", afirma Federico Grand como resumen de la filosofía de estos viajes.
El año pasado, por el temporal, no pudieron desplazarse a Bayona, pero este año el clima acompañó y un centenar de personas se subieron al autocar y a los vehículos particulares y recorrieron los 500 kilómetros que separan Boadilla del Monte de Bayona, a poca distancia de Biarritz.
Una vez allí, con el rugby siempre 'in mente', el plan era completo: primero, los chicos de los equipos sub-10, sub-12, sub-14, sub-16 y sub-18 de Tasman RB jugarían partidos amistosos contra los de las correspondientes categorías del Anglet Olimpic, un club amateur de una localidad vecina a Bayona y que visitó Boadilla del Monte en 2013; y después, a ver un partido de profesionales: esta vez el espectáculo elegido fue el encuentro entre los XV de Bayona, equipo con más de 100 años de historia, contra el ASM Clermont.
"Los niños estaban boquiabiertos, ni parpadeaban. La verdad es que es una experiencia buenísima para ellos, porque se dan cuenta de cómo se trabaja y de cómo se juega hasta llegar a categoría profesional. Incluso los padres se quedan sorprendidos de que, a diferencia del fútbol, al acabar el partido las dos aficiones se mezclan, toman algo, padres y madres, familias enteras, y da igual quién haya ganado o perdido; es un ambiente festivo desde el principio hasta el final", afirma Grand Bignolas.
El domingo se echó encima. "¡Qué pronto se pasa el tiempo cuando estás disfrutando mucho de algo!", afirma Federico Grand. Era hora de volver a España, a Madrid, a Boadilla, pero otro año más, y la experiencia de rugby había sido intensa. Por eso, ya todos empiezan a pensar en poder repetirlo en 2015. Pero antes, y como todos los años, a principios de mayo, el US Tyrosse organiza un torneo de escuelas de rugby en el que participa la de Tasman RB, fruto de ese hermanamiento entre el club boadillense y el de las Landas.