Hay determinados vecinos incívicos que no saben convivir con el resto de la sociedad. Con pequeños gestos, como puede ser recoger las deposiciones de sus mascotas, viviríamos todos en una ciudad mejor.
Y para erradicar este tipo de actitudes, el Ayuntamiento ha puesto en marcha una campaña de concienciación que esperemos sea efectiva. No es tan radical como la que en su día planteó el alcalde de Brunete, de enviar los restos de los excrementos a las casas de los infractores. Pero parece suficiente.
Todo vecino de Boadilla que incumpla esta normativa deberá pagar una multa que puede alcanzar los 1.500 euros. No es ninguna broma...