En la primera parte, los boadillenses jugaron como habitualmente hacen, y dominaron claramente a su rival. A pesar de jugar fuera de casa, eran conscientes de que el rival era el penúltimo y comenzaron arrollando. Al descanso se llegó con un claro 1-5 en el marcador, que obligaba a pensar en la paliza visitante. Además de los cinco goles, dispusieron de ocasiones para ampliar aún más el marcador.
El exceso de confianza de la UDRB y el orgullo de los jugadores del Arganda, hicieron que el partido se volviera loco y que tuviera lugar una remontada que parecía imposible. Pelearon hasta el final, y prueba de ello fue el sexto gol, que empataba el partido a ocho segundos del final. Pese a ser un tropiezo gordo, el segundo clasificado Loeches perdió su partido y desperdició así la ocasión de acercarse.