Porque han asaltado la sede del Partido Popular y han llevado a cabo acciones antidemocráticas manchando su cristalera con excrementos.
La desagradable circunstancia ha sido denunciada por el PP ante los medios de comunicación para evitar males mayores, teniendo en cuenta las situaciones de acoso que están sufriendo diversos dirigentes del partido.
Incomprensiblemente, su portavoz califica la agresión de acto menor, en lugar de mostrar su más enérgica condena, para que reflexionen quienes lo hayan hecho.
En su buenismo cuasi zapaterino, el PP de Boadilla asegura que, con esta denuncia, no quieren hacerse las víctimas sino advertir de que estas actitudes no son tolerables en democracia, hacer reflexionar a quienes legitiman con su silencio el acoso, para que observen lo contagioso de sus conductas, y solidarizarse con aquellos representantes públicos que, de un modo u otro, se han visto perseguidos por ejercer su función pública. Impresionante.
La próxima vez, sin duda, estos indeseables antidemocráticos irán más lejos. Suele pasar.
