Como parecía un clamor popular, el Ayuntamiento se gastó 25.451,39 euros en remodelarlas porque esas pistas necesitaron morteros especiales para reparar las juntas y las grietas, nuevas plataformas de juego con bastidores metálicos y una pintura epoxídica a color de alta resistencia que ha sido la pera limonera.
¿Y qué pasa ahora? Que por allí no va ni el Tato. Lo de siempre.