La operación fue puesta en marcha tras un aviso realizado por los funcionarios municipales que alertaron de una posible irregularidad.
Los propietarios del club privado dispusieron 34 habitaciones de 13 metros cuadrados cada una, que disponen en todos los casos de una litera de dos plazas, un aseo con ducha y un retrete. Cobraban 300 euros a cada inquilino. Los inquilinos cohabitaban con los aparatos que suministran el aire acondicionado a las pistas y a los gimnasios del establecimiento.
El informe policial está siendo valorado en estos momentos por los técnicos municipales responsables. «Una vez conozcamos el resultado del análisis técnico, si se confirman las irregularidades aplicaremos la máxima dureza» afirman desde el Consistorio.